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Psicología

Dependencia emocional

1. ¿Qué es la dependencia emocional?

Últimamente, vemos en boca de todo el mundo el término de “dependencia emocional”. De hecho, son muchos los medios de comunicación que se valen de este concepto para categorizar a ciertas personas y también, supone un tema candente en redes sociales, pero
¿qué es exactamente la dependencia emocional?

La dependencia emocional se configura como un patrón psicológico que reúne las siguientes características: la necesidad de aprobación del resto en todos los ámbitos de la vida, el miedo infranqueable a la separación y a la pérdida de las personas que nos rodean, la falta de asertividad a la hora de expresar opiniones disidentes o simplemente algo diferentes por miedo al rechazo o la complejidad a la hora de tomar decisiones de forma autónoma entre otras muchas.

2. ¿Qué causas tiene la dependencia emocional?

La dependencia emocional no responde a una única causa ya que es un patrón de personalidad que se va aprendiendo principalmente durante las primeras etapas de nuestro desarrollo: la niñez y la adolescencia. En general, se desencadena cuando la persona no ve satisfechas sus necesidades afectivas y busca paliar esto de forma exagerada a través de la demanda constante de la aprobación de los demás.
Puede surgir en aquellas personas a las que sus padres no les han generado un apego seguro sino más bien uno ansioso mostrándole que solo conseguirían afecto si obtenían ciertos logros. También podría surgir en aquellos niños que han tenido padres sobreprotectores a los que se le ha inculcado el temor a hacer las cosas por sí solos y en su adultez no sienten la autonomía suficiente como para abordar las cuestiones del día a día sin consultar con sus figuras de referencia.

3. ¿Cuáles son sus síntomas principales?

La dependencia emocional se puede detectar muy fácilmente a través de los síntomas que provoca en aquellos que la padecen. Estos síntomas se traducen en conductas voluntarias y observables como las siguientes:
–  Ausencia de un buen autoconcepto y presencia una autoestima no sana.
–  Falta total de asertividad: dificultad para expresar su opinión, contradecir algo que no comparte o simplemente decir que no o rechazar una oferta.
–  Escasos criterios y estándares a la hora elegir a sus parejas prefiriendo tener una relación infeliz a estar solos.
–  Falta de asunción de responsabilidades.
–  Nula autonomía para llevar a cabo acciones y tomar decisiones de manera autónoma.
–  Desproporcionada manera de obedecer a las decisiones del resto.
–  Exagerada subordinación a los otros.
–  Continuos cambios de opinión o de forma de actuar por su necesidad agradar.
–  Tendencia a un estado de ánimo bajo y a cuadros ansiosos.
–  Poca confianza en sus conocimientos y habilidades.
–  Asimetría en sus relaciones, se ponen siempre por debajo de los demás.
–  Sufrir malos tratos de los otros.
–  Miedo excesivo a la soledad.
–  Incapacidad de salir de una relación insana.
–  Ausencia de satisfacción de sus propias necesidades.
–  Sensación continua de vacío.

4. ¿Quiénes son las personas más susceptibles de tenerlo?

Antes de continuar, debemos aclarar que los seres humanos somos seres sociales y por lo tanto dependientes. Necesitamos de nuestros iguales para alcanzar no solo nuestra supervivencia, sino también nuestros propios objetivos vitales. Por lo tanto, vemos que existe una parte de dependencia que no solo es sana sino que es esencial en nuestro día a día. Es por esto que cualquiera podríamos caer en esta dinámicas dependientes, sin

embargo los más susceptibles son aquellos que no han establecido relaciones sanas y adaptativas en sus primeras etapas del desarrollo.

5. ¿Qué consecuencias tiene la dependencia emocional?

Las consecuencias de la dependencia emocional son múltiples y muy variadas y van
socavando la calidad de vida de la persona, así como de su entorno más cercano.

Entre ellas encontramos:

–  Pérdida progresiva de autoestima: Como la persona se posiciona por debajo de sus semejantes su confianza en sí misma se va perdiendo, haciendo que finalmente no tengan una autoestima sana que le permita actuar acorde a todas sus capacidades. De hecho, se produce lo que se llama una profecía autocumplida, un fenómeno que los psicólogos usamos para referirnos a una predicción que una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad. En este caso, la persona al creer que es menos capaz que el resto no se embarcará en proyectos demandantes reforzando la idea de que nunca va a conseguir el éxito que querría.
–  Relaciones sociales afectadas: muchas veces estas personas se centran tanto en agradar a su persona de referencia que se olvidan del resto de su entorno, incluido ellos mismos lo que hace que se distancien de aquellas personas y actividades que le hacían bien reduciendo a la persona a girar en torno a un solo individuo y perdiendo por completo su individualidad. Además, el hecho de que se sitúe como un subordinado y no como un igual hace que las relaciones tiendan a ser tóxicas sea cual sea el vínculo (pareja, amistad, familia…).
–  Relaciones amorosas poco estables: la persona que paradójicamente está evitando por todos los medios el abandono lo acaba por provocar ya que no respeta la individualidad de su pareja, la cual se debe hacer cargo de ella para que no esté sola, para que haga sus proyectos, para que tome decisiones… lo cual desgasta mucho la relación. Además, las personas con dependencia emocional no abandonan las relaciones toxicas ya que prefieren estar “mal acompañados” que lo que supone la soledad para ellos.
–  Cuadros psicológicos: Todas estas situaciones generan que la persona viva en un estado constante de ansiedad en el que entran en juego muchos sentimientos desagradables como la rabia, la culpa, la frustración o los celos ya que es imposible controlar que todo marche como la persona quiere. Si esto se mantiene en el tiempo y se cronifica puede dar lugar a problemas psicológicos que necesiten de ayuda profesional para solucionarlos.

6. ¿Cómo se suele solucionar?

Este patrón de relación puede revertirse gracias a la terapia psicológica. El tratamiento persigue enseñar a las personas a ser independientes a través de la práctica de nuevas habilidades. Para esto es básico mejorar la confianza en uno mismo de la persona ayudándole a generar un buen autoconcepto que mejore su autoestima general. Sin embargo, hay otras muchas cosas que son esenciales en este proceso como el entrenamiento en habilidades sociales incidiendo de manera especial en asertividad y los estilos comunicativos que la persona debe abandonar, la práctica activa en la toma de decisiones, trabajar el miedo a la soledad y, por supuesto, reestructurar ideas irracionales que hacen que la persona asuma roles que no les corresponden y actitudes que le hacen daño.
Para esto lo primero es reconocer el problema y no normalizar las conductas asociadas a este patrón de comportamiento por mucho que la sociedad las catalogue como normales por el hecho de ser frecuentes como los celos o el control. A partir de aquí la persona debe asumir las prácticas aprendidas en terapia para su desarrollo personal apoyándose en su círculo social para crear relaciones sanas que no generen malestar a ninguno de los integrantes.

7. ¿Cuándo suele aparecer?

Esta dependencia se va aprendiendo como ya hemos comentado anteriormente y para mantenerse se apoya en algunos mitos como los del amor romántico. Un ejemplo muy evidente es de la media naranja que nos hace pensar que vamos incompletos por la vida hasta que encontramos a nuestra mitad, que los celos son la más pura demostración del querer o que el amor puede con todo.

Esta dependencia puede hacerse más evidente cuando aparece en la vida de la persona un individuo en el que volcar su dependencia y los síntomas más fuertes aparecerían cuando esa figura de referencia desaparece o se aleja, sin embargo, estos están presentes de manera continua ya que es un patrón estable de comportamiento.

8. ¿En qué podemos ayudar al paciente?

En este caso podemos ayudar al paciente a salir de estas dinámicas a través del proceso terapéutico individual para que este comience de valorarse a sí mismo en la misma medida que valora a los otros con el objetivo no solo de que sea más independiente, sino que establezca unas mejores relaciones, consiga de manera autónoma sus éxitos y aumente de manera consideraba su calidad de vida al mejorar los síntomas asociados a esta dificultad.
Es útil, por otra parte, combinarla con terapia de pareja ya que, aunque la frase de “Para estar bien con otros debes estar primero bien contigo mismo” tiene gran parte de verdad no podemos obviar que vivimos inmersos en un montón de relaciones de todo tipo y no podemos encerrarnos en una burbuja que nos aísle hasta que seamos las personas autónomas que buscamos ser. Además, está demostrado que la red social es un gran aliado de la terapia ya que el entorno del individuo puede mejorar mucho con la ayuda de sus seres queridos gracias a las directrices del psicólogo.

9. Preguntas más frecuentes sobre la dependencia emocional

–  ¿La dependencia emocional solo se da en pareja?

No tiene porqué. La dependencia emocional suele afectar a prácticamente todas las áreas vitales donde se da una implicación de tipo emocional. Es por eso que la persona no solo se muestra complaciente y tiene miedo al rechazo con su pareja, sino que estos síntomas también se dan con sus amigos y familia.
Sin embargo, sí es habitual que la figura de referencia de una persona con dependencia emocional sea su pareja debido a la intimidad que se produce en este tipo de relaciones haciendo que la pareja sentimental se configure como el referente de apego en los adultos.

–  ¿La dependencia emocional es un trastorno?

La etiqueta de “dependencia emocional” no está catalogada en ningún manual diagnóstico y en muchos de los casos esta no presenta una patología definida. Lo único que podemos encontrar es que los síntomas propios de esta condición son comunes en algunos Trastornos de la Personalidad como son el Trastorno Límite de la Personalidad o el Trastorno Dependiente de la Personalidad.
Se podría decir que no existe una personalidad particular que padezca en exclusiva dependencia emocional, sino que este patrón está presente como síntoma en diferentes tipos de personalidades y es el profesional el que tiene que determinar si esta dificultad se debe o no a un trastorno subyacente.

–  ¿La dependencia emocional es una adicción?

Son muchos los profesionales que catalogan a la dependencia emocional como una adicción sin sustancia similar al juego patológico. Los expertos la definen como una adicción comportamental que cursa como un patrón de conducta adictivo con tres rasgos diferenciales: la pérdida de control, la compulsión y la persistencia a pesar de las conductas negativas del comportamiento.
Si analizamos la dependencia desde los criterios establecidos para el juego patológico vemos que ambos comparten gran cantidad de características por lo que pudiera ser que en un futuro la categoría diagnóstica también abarcase esta dificultad ya que, además en ella entran en juego similares sistemas de recompensa a los que desencadenan las drogas o las adicciones sin sustancia.

Patricia San Valero

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