Una gran parte de nuestro trabajo como educadoras sexuales es acudir a las aulas de los IES e impartir talleres tanto para el alumnado como para las y los profesores y sus familias.
La demanda de nuestros talleres sobre Usos y Abusos de la Pornografía ha crecido muy por encima de la media. No sabemos muy bien si alertados por los medios de comunicación, las familias o los propios adolescentes. El caso es que la pornografía (especialmente la heterosexual) parece que se nos ha colado antes de lo esperado. En la era digital, donde todo se encuentra en la pantalla, las curiosidades sexuales y las respuestas que buscan las y los menores en internet sobre su sexualidad, sus cuerpos y sus deseos las obtienen de modo inmediato.
Están desarrollando su sexualidad, su orientación y su identidad, y de repente parece que lo que prima es más su autoestima sexual. Incluso sin que la autoestima, autoimagen y autoconocimiento estén plenamente desarrollados, empiezan a visionar vídeos que les llegan de sus iguales y se encuentran con:
Donde originariamente tendría que haber: intimidad, duda, ternura, pudor, timidez; se encuentran con: contundencia, artificios, ficción, genitalidad, y en no pocos casos, violencia.
¿Cómo empiezan a integrar así su deseo erótico? Ese deseo que está hecho para ser cultivado desde los deseos, las atracciones y los enamoramientos pasa a ser un «Fast & Furious» de rápido consumo donde los cuerpos se devoran, se someten y se gritan sin palabras que los humanicen.
La pornografía como industria se representa a través de encuentros eróticos heterosexuales, con cuerpos normativos de hombres y mujeres, con estéticas artificiales y genitales maquillados. Donde no existe apenas la comunicación, ni diálogos ni formas de expresar y reconocer consentimientos.
La Influencia de la Pornografía en las Relaciones y Expectativas de los Jóvenes
Las formas de relacionarse entre los hombres y las mujeres en la pornografía van a crear modelos aceptados de tratos entre los y las jóvenes. Contenidos violentos en los que se somete principalmente a la mujer, cosificada y resumida en sus partes, al revés de una metonimia sin expresión ni afectos ni efectos. Solo complacer al hombre, al falo, al pene en erección. No existen más cuerpos ni más piel ni más modos de encontrarse dos personas en un encuentro amatorio.
Centrados en la genitalidad, obsesionados con la respuesta sexual.
Nuestros Objetivos desde la Educación Sexual
- Desmitificar la pornografía y crear un reflejo exacto de lo que la pornografía representa y no representa.
- Entender que hay una gran industria detrás de la pornografía.
- Aprender que las relaciones sexuales reales pueden ser muy distintas a lo que se muestra en la pornografía y, sobre todo, mucho más diversas.
- Conocer los riesgos de la pornografía.
El Impacto de la Pornografía en los Adolescentes: Mitos, Realidades y Peligros
La industria del porno tiende a favorecer a personas con características físicas estandarizadas. No muestra la variedad de rasgos corporales, creando expectativas poco realistas de cómo debe ser un cuerpo. Los tipos de cuerpo que no se ajustan a esa norma se clasifican como fetichistas o anormales.
En realidad, el porno no muestra un acto sexual continuo, sino una recopilación de diferentes posturas y escenas ficticias que se alejan de lo que ocurre en la vida real. No es solo penetración, y las relaciones sexuales incluyen preliminares, comunicación y consentimientos.
La Realidad de las Relaciones
No siempre llegan al orgasmo ambas personas; debería haber consentimiento, deseo y emociones. Los cuerpos y las personas tienen una diversidad sexual y de género que no se muestra en la pornografía. A veces, en un encuentro real, apetece acurrucarse después, ir al baño o simplemente reír.
No se trata de prohibir el uso de pornografía, sino de motivar a los jóvenes a desarrollar un pensamiento crítico que les permita tomar decisiones informadas.
Cuestionar lo que ven y conocer los riesgos les ayudará a tener prácticas eróticas y sexuales con más consciencia y claridad.
Nuestros cuerpos, nuestras vidas.